3 de juny del 2012

Amistades peligrosas

Agraiment
Us agraeixo, com no podria ser d'altre manera, l'interès i bons desitjos de recuperació. En un anterior apunt ja havia comentat que pateixo leucèmia, que és una d'aquestes malalties que tenen un avanç incert ,a voltes ràpid, a voltes lent, que fins i tot de vegades sembla que et donin una treva, però que mai retrocedeixen. Sembla que en el meu cas, després d'anys d'estira i arronsa, s'ha decidit a atacar de nou i de fer-ho sense gaires miraments. El fet de comentar-ho en una posdata de l'últim apunt, i ara confirmar-ho, era només a efectes de la mínima cortesia (que espero no s'interpreti com una mena de impudor) de fer avinent als amics les coses que ens passen, siguin bones o dolentes, i no donar la sensació de que un se'n va i torna a la francesa, tot i que d'aquest bloc ningú n'ha d'esperar cap regularitat. (Cap intenció de fer-ne un trend topic).



Predicar al desert

Seguint, doncs, com deia l'altre dia, en una situació de poques oportunitats de seguir l'actualitat, sense gaire esma i amb dificultats per connectar-me a Internet, de quan en quan encara en venç la indignació, i, tot i constar-me la inutilitat pràctica del gest, no em ser estar de cridar: ei! eu vist el que diu aquest home?, és possible que algú digui coses tant clares i tant punyents, i a ningú sembli importar-li ni fer-ne cas? (dic lo de inutilitat pràctica del gest perquè simplement vull reproduir un article de El País, amb centenars de milers de lectors, per els meus 4 o 5 visitants: pura rebequeria)

Doncs això, que si l'altre dia uns minuts de diàleg eren més didàctics que tots els manuals i anàlisis, avui, aquest article de Antón Costas, si fóssim en un país amb un mínim de consciència cívica, hauria de fer bellugar les pedres. Ja ho sé: debades, rebequeries meves, però no me'n vaig a dormir sense dir-ho. Aquí va l'article tal qual, només amb negretes meves:

Amistades peligrosas

Durante la burbuja de crédito se configuraron relaciones de connivencia entre banqueros y políticos




Con el paso del tiempo, los historiadores podrán documentar mejor lo que hoy, no obstante, es ya una evidencia muy clara: la causa principal de lo que nos está pasando son las relaciones incestuosas que se fueron creando a lo largo de las últimas décadas entre banqueros y políticos. Esas relaciones se han convertido en amistades peligrosas cuyas consecuencias estamos pagando, de formas diversas, todos los ciudadanos.
El factor que explica mejor la mayor intensidad en España de la recesión, del desempleo y de la pobreza en comparación con otros países no es nuestro mercado de trabajo, sino la mayor sequía de crédito. Por lo tanto, esos mayores costes económicos y sociales de la crisis hay que contabilizarlos en el pasivo de esas relaciones entre banqueros y políticos.
El no querer exigir responsabilidades está llevando al Gobierno a buscar soluciones que no son tales, sino amaños para ocultar y no exigir responsabilidades. El caso de Bankia es paradigmático. Solo encuentro una explicación inteligible a la forma técnicamente tan torpe como se está gestionando políticamente su grave situación financiera: que a pesar de todo lo que llevamos vivido aún no se han roto esas amistades peligrosas entre banqueros y políticos. No se ha querido responsabilizar a los antiguos directivos y consejeros de los fracasos de gestión y los desmanes, porque eso fueron, entre otras, las operaciones de venta fraudulenta de las preferentes a ahorradores y pensionistas incautos abusando de su confianza, o la precipitada salida a Bolsa, que ha dejado a miles de pequeños inversores en la ruina.
¿Cómo explicar que hasta ahora, al contrario de lo que en EE UU o Reino Unido, ningún Parlamento, ya sea el de Madrid o de las autonomías, haya abierto una investigación sobre esas responsabilidades? Solo tomando en consideración esas amistades es posible entender esta inacción política.
El factor que explica mejor la mayor intensidad en España de la recesión es la sequía de crédito
Pero dado que las consecuencias no se han acabado, como diré más adelante, vale la pena ver cómo se fueron articulando esas amistades peligrosas.
En primer lugar, durante la etapa de burbuja de crédito y del boom inmobiliario se fueron configurando unas relaciones de connivencia e interés mutuo entre banqueros y políticos. Los primeros financiaron proyectos públicos o privados de discutible rentabilidad a largo plazo y, a cambio, los segundos, que tenían responsabilidades de supervisión, a nivel autonómico y central, cerraron los ojos al elevado riesgo crediticio y su concentración, una actividad tan volátil como la promoción inmobiliaria y la compra de suelo. Esos riesgos fueron mucho más elevados allí donde la amistad fue más próxima e incestuosa, como en el caso de Castilla-La Mancha, Valencia y Madrid, entre otros. La consecuencia fue que el balance de muchas cajas y bancos se llenó de activos de riesgo valorados en balance a precios muy inflados.
Cuando el flujo de crédito internacional se acabó y cajas y bancos no pudieron seguir endeudándose, la burbuja inmobiliaria pinchó y la economía entró en recesión. Los precios de esos activos se desplomaron, quedando en los balances como elementos tóxicos que amenazaban la solvencia e impedían a la banca ejercer la función social que la justifica: suministrar crédito a empresas y familias.
En ese momento, como ocurre cuando los riñones de una persona dejan de funcionar como consecuencia de años de ingerir sustancias tóxicas, la terapia adecuada era practicar una diálisis bancaria; es decir, conectar los bancos intoxicados al sector público (nacionalización) para extraer los elementos tóxicos y sanear los bancos para que pudiesen seguir haciendo su función de suministro de crédito al cuerpo económico.

Pero esa diálisis es cara y hay que hacerla con recursos públicos, como hicieron EE UU o Reino Unido. Para ello había que explicar a los contribuyentes que convenía rescatar a los bancos, pero no a los banqueros, y que se iban a exigir responsabilidades de todo tipo a directivos, accionistas y acreedores, impidiendo sobresueldos, indemnizaciones, pensiones de escándalo y dividendos ficticios. Es decir, como hizo Suecia en 1992 en circunstancias similares, cuando practicó esa diálisis creando los llamados bancos malos, pero buscando legitimidad política para hacerlo.
Pero en España, al no querer exigir esas responsabilidades, primero el Gobierno de Rodríguez Zapatero y ahora el de Mariano Rajoy, buscaron las soluciones en amaños que acaban complicando las cosas. Eso es lo que ha ocurrido con las fracasadas fusiones de conveniencia, como si la biología y el sentido común no nos enseñase que la unión entre un infectado y uno sano no acaba con los dos infectados. O con la torpe gestión del caso de Bankia, una muestra clara de que esas amistades peligrosas continúan condicionando la solución a la crisis bancaria. Y con ella, la salida a la crisis y la vida de muchos ciudadanos.
Por desgracia, los efectos dañinos de esas amistades son aún más amplios. La dimisión forzada del gobernador del Banco de España es un ejemplo, con lo que significa de pérdida de reputación de una institución básica. Como lo fue antes la perdida de reputación de la Intervención General del Estado. O la pérdida de virtudes cívicas que provocará la amnistía fiscal a los ricos. O la amnistía penal concedida hace unas semanas a algunos banqueros. Estamos ante un quebranto de virtudes cívicas e instituciones que son esenciales para buen funcionamiento de la economía, la sociedad y la democracia. Virtudes e instituciones que una vez deterioradas será muy difícil reconstruir.
No sé de donde puede venir, pero necesitamos con urgencia una regeneración de la política que acabe con la cultura de irresponsabilidad de las élites financieras.

10 comentaris:

  1. Antoni, des d'aquí una abraçada. Els meus gestos carinyosos no són gaire valorats entre els gamarussos 2.0. Però ja saps que ens hem de retrobar en el proper espai lliure de tonteries.

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  2. Toni, una abraçada de tot cor.

    Pel que fa a l'article, no sé... Suposo que deu ser manca de cultura democràtica. Jo sovint em repeteixo que tots en som culpables per no reaccionar, però, collons!, que els polítics són els nostres representants i ells són els que haurien de representar els nostres interessos com a societat. Però com que això no és així, queda demostrat que el senyor Antón Costas té raó.

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  3. Càsum la pus, Brian. Càsum la pus. Vaig a encendre una espelma. Mal no et farà.

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  4. ja estava una mica preocupat, al no veure ni un apunt...en fi, espero que duris molt.
    En quan a l'altre tema, em sembla que ja ho vaig comentar, els partits necessiten finançament, es dir, crèdit dels Bancs, et voilà, aquests son els seus amics...

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  5. M'alegro de "veure't" per aquí. Espero que estiguis millor o que hi caminis. Respecte a Bankia aquest senyor té tota la raó, cal rescatar els bancs i demanar responsabilitats als seus gestors. En el cas de Bankia, com en el de Catalunya Caixa, però, no es farà, perquè aleshores hauríem de netejar esquitxos a tants i tants polítics! des de Narcís Serra a Esperanza Aguirre. Et sembla que algú ho farà? Naaaa.

    Una abraçada.

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  6. una altra abraçada amb tots els tentacles.
    Gràcies per enviar-nos l'article. Demoledor. També són responsables els gàngsters del totxo mafiós que ha destrossat més costa i més muntanya encara amb cases i cases buides. Tots a tapar-se la merda i a esperar la propera bombolla.

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  7. Me n'alegre, i molt, Brian, de les teues senyals. Tant de bo, passes aquesta mala temporada ben prompte i et recuperis el més aviat possible. L'article, que encara no havia pogut llegir, molt encertat. Ja són molts els que van dient el que cal fer. Vull creure que els polítics -si més no els europeus- no seran tan perversos que ens duen de la mà a un suïcidi col·lectiu per tal de salvar els seus miserables privilegis. Ànims i una forta abraçada.

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  8. Me sumo, como es lógico, a los mejores deseos para tu pronta recuperación, Brian. Me huelo que lo tuyo es plantar cara... ¡Ánimo!
    Esto de los bancos y el poder político ya se arrastra desde aquella "fallida" de Banca Catalana y desde el maridaje financiero-político que llevó a la "invasión" política de las Cajas de Ahorro, subordinándolas a necesidades de financiación espurias coyunturales y alejándolas de los criterios objetivos del negocio.

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  9. Una forta abraçada, Brian.

    El més sorprenent de tot és que tenim la moral tan corcada que sembla que la crisi ens matarà abans d'innanició ètica que de gana pura i dura.. aquest és el gran triomf dels poderosos.

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